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Curiosidades de Spiderman de Sam Raimi (2002)

Antes que ponerme a contar curiosidades sobre Spiderman (2002) supongo que debería aclarar que tengo predilección por Sam Raimi.

Os pondré en situación:

Por entonces yo tendría unos catorce añitos; y que un tío con superfuerza y mallas se balanceara entre rascacielos me ponía muy loco. ¡Me flipaba! Además de que ya conocía al personaje por la serie de animación. ¡Una de mis favoritas! Una que, por cierto, siempre me cortaban en el mismo punto; justo cuando iba a aparecer el Lagarto de Dr. Connor. Entonces la serie volvía a empezar desde el principio.

Eso, para un crío amante de los reptiles, era como un estornudo que no sale.

Entonces llega este tipo, Sam Raimi, y me trae a Tobey Maguire haciendo de Peter Parker, con esa carita de crio al que han dejado demasiado tiempo a solas con un mal cura, y me explotó la cabeza.

Era lo más brutal que juraría haber visto. El CGI no ha envejecido bien, pero en su momento, ver al hombre araña caer entre edificios con una cámara de seguimiento que gira a su alrededor, mientras los coches pasan, las farolas se acercan… ¡Brrrrrr! Los pezones como para rayar diamantes.

Y, claro, luego seguí a Raimi. Descubrí más tarde su particular sentido del humor y como lo introdujo en su visión del hombre araña; “slapstick” de manual, una comedia muy física que redunda en los golpazos en la cabeza, las muecas… Algo que pude disfrutar con la trilogía de Evil Dead que saqué del videoclub y devoré cual ninja en mi casa mientras mis padres dormían.

Pero volvamos a Spiderman de Sam Raimi.

Comencemos las curiosidades:

Sam Raimi y familia:

Como ya he dicho, el bueno de Sam Raimi tiene un sentido del humor particular, pero para particular el patio de su casa, como dice la canción; donde siempre deja pequeñas tomas y papeles secundarios a modo de guiños, cameos y autorreferencias para colegas.

Tal es el caso de Ted Raimi, hermano del director, que interpretaría a Hoffman: personaje que trabaja en el Daily Bugle bajo las órdenes de J.J. Jameson (J.K. Simmons: A quien siempre recordaré como el Nazi Calvo Cabrón de la serie Oz).

Mención aparte, también, para Lucy Lawless; que recordaréis por ser Xena: La Princesa Guerrera, serie donde también trabajó Raimi.

¿Y el bueno de Bruce Campbell? Es uno de los cameos más suspicaces y divertidos, pues el bueno de Ash se quita su brazo-motosierra para encarnar hasta tres personajes diferentes, en tres cameos diferentes, a lo largo de las tres películas.

¿Y queréis saber qué? Mucho se rumoreaba que no era una simple coincidencia, que todo era una astuta estratagema para presentarnos a quien, en una futurible cuarta entrega, sería quien encarnara al Dr. Mysterio.

Yo habría pagado encantado por escuchar al cara-pecera gritar: “Hail to the King, baby!”.

El último gran cameo que nos introdujo la Spiderman de Sam Raimi tiene chapa, ruedas y un volante. Su viejo Oldsmobile Delta del 88 es ya icónico de su filmografía; el mismo coche que llevó a los protagonistas a la sufrida cabaña en Posesión Infernal, y desde entonces no se pierde una película del director.

En la Spiderman de Raimi, sin ir más lejos, es el mismo coche en el que asesinan al tío Ben.

Y para finalizar, un cameo menor. Algo más curioso por la tragedia que rememora, y es que recordemos que mientras se rodaba la película, en 2001, Nueva York sufrió la perdida de las torres gemelas en un atentado terrorista. Era un tema sensible (Aún lo es, en realidad) que obligó a Sam Raimi a quitar toda escena en la que se vieran las torres, incluyendo un tráiler donde ambas tenían cierto protagonismo.

Aún con todo, no sé si fue un error, ambas torres se pueden ver en el reflejo de los ojos de Spidey en la versión final de la película.

Diferencias en el casting

Para muchos, Tobey Maguire es y será Spiderman gracias a esta adaptación, pero no es algo que la productora tuviera claro en primera instancia.

Entre los nombres que se barajaron en había dos contrastes interesantes; siendo uno de ellos Leonardo DiCaprio (Que tras su paso por Titanic era una apuesta segura), y la otra era Ewan McGregor. Y digo contraste porque en el 2000 se estrenó La Playa, película protagonizada por DiCaprio y que supuso la ruptura de su director, Danny Boyle con su actor fetiche hasta el momento; Ewan McGregor. Una cinta que ocasionó que ambos, Boyle y McGregor, estuvieran diez años sin dirigirse la palabra.

Otro que no tenía claro que Maguire fuera a ser un buen Peter Parker era Stan Lee. El célebre autor tenía ya a un Spidey en mente, y ese no era otro que John Cusack. Una elección curiosa para llevar a un adolescente, ya que el actor estaba cerca de los cuarenta cuando se rodó Spiderman.

Quien ya tenía una edad, pero no le molestó a la hora de interpretar al villano, era William Dafoe; algo bastante más meritorio cuando uno descubre que no utilizó dobles para las escenas de acción. El personaje del Duende Verde es todo un icono en los cómics, y la productora barajó varios nombres para el personaje entre los que estaban Robert De Niro, John Malkovich, Mel Gibson e incluso Nicolas Cage; un actor que aún tenía criterio a la hora de escoger películas.

Para finalizar, puede que te hayas fijado en que Elizabeth Banks es la secretaria de J.J. Jameson. Un papel algo agridulce para la actriz, ya que su audición fue para interpretar a Mary Jane Watson (Papel que recaería en Kirsten Dunst) y, en palabras de la actriz, la desestimaron por ser demasiado “vieja”.

El hijo del duende, verde

En la elección de casting la cosa estaba más clara para el coleguita de Peter, Harry Osborn. Un personaje que cobraría importancia en siguientes partes y cuyo papel recayó en James Franco que, sin embargo, fue a la audición para ser el protagonista.

“Mi audición salió bien. La productora invirtió mucho dinero en sets y grúas para las audiciones, cosa inusual. Fui, lo hice y estuve seis semanas mordiéndome las uñas. Esperando la llamada. Después me di cuenta que no lo logré y estaba verdaderamente decepcionado. Entonces, Sam Raimi me llamó, con quien me llevé súper bien, me ofreció a Harry y nadie más audicionó para el personaje”

También hubo un salseo entre los actores de Maguire y Franco debido a un triángulo amoroso con, exacto, Kirsten Dunst. La actriz de M. J. tuvo un romance con el primero y aquello molestó al segundo que estaba por la actriz y…

Da igual, el caso es que James Franco no acabó muy contento con la trilogía, ya que ha renegado de ellas en varias ocasiones.

Momentos épicos

Sí hay una escena de la cinta que ha sido fílmicamente emblemático es cierto beso asimétrico entre Peter Parker y Mary Jane. Una escena que acarreó un premio “al mejor beso” en los MTV Movie Awards y millones de parodias en películas posteriores.

Sin embargo, el rodaje del beso no fue tan idílico como quedó en pantalla (Si obviamos el hecho de que es una chica poniéndole los cuernos a su novio con su mejor amigo enmascarado. Dicho así, suena incluso más turbio).

Muchos recordaréis la lluvia de la escena, y a Tobey Maguire el agua le anegaba las fosas nasales al estar colgado y boca abajo.

Otro momento que le quedó de lujo al director fue la escena en la que Peter Parker recoge al vuelo la bandeja del almuerzo de Mary Jane y, acto seguido, la comida que va cayendo usando la misma bandeja.

A diferencia de lo que pueda parecer, es una escena que no utilizó nada de CGI (Estarían hasta los topes borrando torres a última hora), y se apoyó en dos elementos; paciencia (Más de 100 tomas) y efectos prácticos que consistían en una bandeja y alimentos imantados, para asegurarse de que la comida quedaba quietecita una vez caía encima.

Los problemas de un héroe enmascarado.

¡Y no! ¡No son los supervillanos! Que se lo digan a John Dykstra, supervisor de efectos especiales de Spiderman (2002) al que le dijeron que animara un Spidey adolescente y al que no se le viera la jeta.

Por miedo a su inexpresividad, le dotó de una pequeña animación sobre el recorte de los ojos a la máscara (una técnica que recordaremos de las últimas de Deadpool) que daban un mínimo de expresividad, aparte de apoyarse en el lenguaje no verbal.

Otro de los problemas del vecino arácnido fueron las vallas publicitarias; y el asunto tiene miga. Resulta que Sony utilizó las vallas publicitarias que se ven en su película para el product placement y sacarse algo por publicidad. Sin embargo, las vallas que salen en la película tienen su fundamento en las vallas reales que pueblan Time Square, y a los propietarios no les hizo gracia que salieran en la cinta anunciando cosas sin su consentimiento.

Sí, en serio.

Un crossover fallido.

Volvamos brevemente a los cameos, pero en vez de hablar de los que vimos, hagámoslo de los que no vimos.

El año anterior (2000), Bryan Singer nos había deleitado a todos con su adaptación de los mutantes a la gran pantalla. Hugh Jackman iba a hacer un cameo con su Lobezno en la Spiderman de Raimi, e incluso viajó a New York para rodar la escena.

Sin embargo, problemas finales para conseguir el traje de X-Men mandaron al traste el crossover.

Y finalicemos (De momento)

Con un presupuesto de 139$ millones de dólares, la película recaudo la friolera de 825$ millones.

Fue una de esas películas de superhéroes emblemáticas que, junto al Batman de Burton o Nolan, tendía puentes idiomáticos entre cine y comics para hacerte sacar al niño que llevas dentro.

Una película en la que podrías sentir el sufrimiento del protagonista y, más importante aún, de sus villanos. Unos personajes que se olvidaban de las mallas, que fascinaban por su humanidad y por su perseverancia.

Para más información inútil, pincha este enlace.